La Familia Trinitaria está integrada por los hermanos, las hermanas y los laicos que llevan el nombre de la Trinidad como titular y reconocen como padre a Juan de Mata. Todos participan de su mismo carisma trinitario redentor y prolongan en la historia su misión de: la gloria de la Trinidad y la redención de los cautivos de nuestro tiempo.
Son miembros de la Familia Trinitaria: los religiosos trinitarios, las monjas trinitarias contemplativas, las religiosas trinitarias de Valence (Francia), las hermanas trinitarias de Roma, las religiosas trinitarias de Valencia (España), las hermanas trinitarias de Madrid (Urquijo), las religiosas trinitarias de Mallorca, las madres trinitarias de Sevilla (Beaterio), las oblatas de la Santísima Trinidad (Roma) y el laicado trinitario.
La Orden fue fundada por San Juan de Mata con la colaboración, según la tradición, de S. Félix de Valois. Es una Orden con Regla propia, aprobada por el Papa Inocencio III. La bula de aprobación pontificia lleva la fecha de 17 de diciembre de 1198. La Orden ha sido reformada por S. Juan Bautista de la Concepción en 1559, con la aprobación de Clemente VIII.
Sus religiosos, sacerdotes y hermanos, consagrados de manera especial a la Trinidad, ofrecen el servicio de la redención y de la misericordia a favor de los perseguidos a causa de su fe, de los oprimidos, y de los pobres.
La orden cuenta con 54 comunidades en Europa, 22 en U.S.A. y Canadá; 21 en América Latina; 10 en Madagascar, 2 en la India y 2 en África Continental.
Las primeras monjas trinitarias fueron las dos hijas del Rey Pedro II, de Aragón: Doña Constanza, muerta en concepto de santidad y Doña Sancha. Ellas habían heredado de su padre la estima por S. Juan de Mata y quisieron ayudarle, no sólo con sus oraciones y donativos, sino consagrándose a la Santísima trinidad. Su primer monasterio fue el de Ntra. Sra. de los Ángeles, en la diócesis de Lérida. Después de España, donde fundaron numerosos conventos, se difundieron por Portugal, Francia, Italia, Perú y Chile. Actualmente han llegado a Madagascar y a Ecuador.
Las Monjas trinitarias son un Instituto religioso de vida íntegramente contemplativa; consagradas a la Santísima Trinidad y con su propia misión redentora en la Iglesia viven en soledad y silencio, en asidua oración y generosa penitencia.
Cuentan con 16 monasterios en España; 1 en Lima; 1 en Chile; 1 en Guayaquil y 1 en Madagascar.
La Congregación fue fundada por Juana Adrián y un grupo de jóvenes afiliadas a la Confraternidad de los Padres trinitarios de Lyon. Su finalidad era la glorificación de la Trinidad y la dedicación a las obras de redención. Se ocupaban de atender a las jóvenes pobres y a los enfermos. De vuelta de África los esclavos redimidos eran acogidos en su hospital de Valence.
Las religiosas viven una vida de oración y comunidad a imagen de las Tres Divinas Personas. Su apostolado actual es la educación cristiana, el cuidado de los pobres, de los enfermos, las misiones y la pastoral.
Cuentan actualmente con 58 comunidades, presentes en Europa, África, Madagascar, Corea del Sur, Canadá y América Latina.
Las Religiosas del Beaterio de la Santísima trinidad de Sevilla fueron fundadas el 2 de febrero de 1719 por la Madre Isabel Rita Moreno de la Santísima Trinidad, bajo los auspicios del Padre Trinitario José Chacón. El fin que se proponían era una especial glorificación de la Santísima Trinidad y el dedicarse a la acogida de los niños pobres, huérfanos y abandonados.
La Congregación es de derecho diocesano y está afiliada a la Orden desde la restauración de ésta en España.
Actualmente cuentan con 2 casas, en las que se dedican a la enseñanza y cuidado de niñas huérfanas.
Esta Congregación de las Hermanas trinitarias fue fundada por la Madre María Teresa de la Santísima Trinidad y por la Madre María Felice del Espíritu Santo, como cofundadora, en fecha 8 de setiembre de 1762. La Madre Fundadora y las primeras Hermanas procedían de la Tercera Orden trinitaria de San Carlino (Roma).
Adoptaron la Regla trinitaria, teniendo como finalidad: la glorificación de la Santísima Trinidad, la propagación del culto y, animadas por la caridad redentora, la educación de la infancia y juventud femenina, especialmente las más pobre y necesitada. Hoy día también se dedican a las misiones, al apostolado parroquial y asistencial.
Tienen 35 comunidades y están presentes en Italia, U.S.A., Madagascar y Filipinas.
Monjas Trinitarias – Guatemala
Esta Congregación de las trinitarias de Mallorca fue fundada por el Padre Miguel Ferrer, trinitario, el 7 de agosto de 1809. Él mismo les dio una Regla basada en la de los Padres Trinitarios. Las primeras Hermanas formaban parte de la Cofradía de la Santísima Trinidad de Felanitx (Mallorca)
Constituyen su carisma, la consagración especial a la Trinidad, fuente y origen de todo amor liberador, la oración de alabanza, el trabajo como medio de subsistencia y de compromiso en obras de misericordia. Con estas notas propias se dedican a la enseñanza, a la asistencia a los enfermos, y prestan su ayuda en las parroquias y zonas pobres.
Tienen 21 comunidades y están presentes en España, Perú y Bolivia.
Este Instituto de Hermanas Trinitarias fue fundado en Madrid el 2 de febrero de 1885 por el Canónigo Francisco de Asís Méndez Casariego y Mariana Allsopp, de la Santísima Trinidad, cofundadora y primera colaboradora. Este Instituto se agregó a la Orden de la Santísima Trinidad el 20 de abril de 1904, compartiendo su espíritu misericordioso-redentor.
Su finalidad específica es la de buscar, acoger, formar y evangelizar a las jóvenes expuestas a múltiples peligros y dificultades en la vida. Se logra esto teniendo la puerta siempre abierta para cuantas necesitan hogar y ayuda.
Con esta orientación poseen múltiples iniciativas: hogares, hospederías, centros de acogida, escuelas profesionales y centros de rehabilitación. Están también presentes en la cárceles y estaciones.
Cuentan con 30 comunidades y están presentes en España, Argentina, México, Uruguay y Roma.
Esta Congregación fue fundada por Rosa Cuñat, Tomasa Balbastro, Salvadora Cuñat, Ana Mª Gimeno y Rosa Campos, quienes orientadas por el sacerdote D. Juan de la Concepción Calvo Tomás se comprometieron a vivir en comunidad y a dedicarse a la enseñanza y atención de la infancia abandonada.
Adoptan las Constituciones de las Hermanas trinitarias italianas. Se agregan a la Orden trinitaria en 1882 y el 4 de noviembre de 1885 reciben la aprobación por parte de la Iglesia.
La espiritualidad del Instituto emana de la Regla de San Juan de Mata como principio orientador de toda su misión.
El culto a la Santísima Trinidad y la liberación de los hombres de las múltiples formas que hoy reviste la esclavitud, constituyen su carisma. Asumen la misión de evangelizar a los pobres, dedicándose a la educación de los niños y niñas, sin excluir otros modos de atención a los pobres.
Tienen 38 comunidades y están presentes en España, Colombia, Argentina, Puerto Rico, Bolivia, Austria y Madagascar.
Hermanas Trinitarias de Valence (Francia)
Nació este Instituto el 9 de junio de 1960, en Santo Tomás in Formis. Fue fundado por el Padre trinitario Luigi Cianfriglia. Las Oblatas de la Santísima Trinidad viven y trabajan según el estilo propio de los Institutos Seculares. Testimonian la presencia de la secularidad consagrada en la Familia trinitaria y recuerdan su importancia eclesial.
Profesan la perfección evangélica en medio del mundo como testigos de la Trinidad y se comprometen a favor de la santificación de los sacerdotes y de los consagrados, y para que las familias se renueven a imagen de la Trinidad.
En el apostolado redentor colaboran con la Orden Trinitaria.
Actualmente el Instituto tiene miembros en Italia y Madagascar. Con el beneplácito del Vicariato de Roma, tiene una casa como sede central, pero ni la Ley Canónica ni los Estatutos exigen otras. El Vicariato de Roma aprobó los Estatutos el 20 de abril de 1994
Las Hermanas Ermitañas han nacido en el Yermo de la Virgen de la Fe, Guayaquil, el 29 de mayo de 1988, solemnidad de la Santísima Trinidad. Poseen Legislación propia con aprobación diocesana. Su fundadora es la Madre María Amalia de la Santísima Trinidad.
Se consagran a la Trinidad inspirándose en S. Félix de Valois y S. Juan de Mata en los primeros momentos de desierto en Cerfroid.
Hacen vida íntegramente contemplativa, y prestan atención especial desde ella a la acogida ecuménica de quienes tienen problemas de fe.
Actualmente cuentan con un yermo en Guayaquil (Ecuador)
Desde los orígenes de la Orden Trinitaria, viviendo todavía el Santo Fundador Juan de Mata, había fieles de ambos sexos que participando del espíritu de la Orden vivían su espiritualidad y en comunión con ella, cooperando en su misión y participando en varias formas y en grados diversos, en su carisma.
La Regla de 1198 señala la presencia de seglares, a los cuales el Ministro de la Casa debe dar una instrucción todos los domingos.
En la Bula del 3 de febrero de 1198, el Papa Inocencio III concede el permiso para recibir donados o hermanos. En el contrato entre el Obispo de Arles y San Juan de Mata, de 1203, se hace referencia a los afiliados al convento. Merece especial mención la carta que el Obispo Conzalvo, de la ciudad de Segovia, fechada el 3 de febrero de 1208, dirige a su pueblo y al clero, exhortándoles a inscribirse en la Cofradía Trinitaria, y la define “gloriosa”.
El Papa Inocencio III, en la Bula del 18 de junio de 1209 aprueba las casas fundadas y las Cofradías Trinitarias. Lo mismo repite el Papa Honorio III en su Bula del 25 de abril de 1219, en la cual da facultad para recibir nuevos hermanos. Inocencio IV, el 20 de febrero de 1248, confirma las concesiones ya acordadas y exhorta a los fieles a ser generosos con los trinitarios y a inscribirse en una tan santa Cofradía y Fraternidad. A cuantos lo hagan, concede indulgencias y otros privilegios, y los pone bajo su protección.
Existen muchos otros documentos de Pontífices, Obispos y reyes que hablan de Cofradías Trinitarias y de la Redención; más tarde de la Virgen del Remedio y de otras cofradías agregadas a la Orden con muchísimas personas comprometidas en la obra de la redención y en el servicio de caridad en favor de los esclavos, de los oprimidos y de los pobres.
Hemos citado solamente algunos más significativos para indicar que las Asociaciones Trinitarias son tan antiguas como la misma Orden, porque desde el principio aparecen personas afiliadas que se comprometen en la glorificación de la Trinidad y en prestar ayuda en favor de los esclavos, de los oprimidos y de los pobres.
No podemos pretender encontrar desde el principio una perfecta y clara definición y organización de Asociaciones. Lo que sí es cierto, es que, al principio, las diversas Fraternidades y Cofradías, de las cuales hablan los documentos, formaban parte de la gran Fraternidad Trinitaria.
Históricamente, el nombre de Tercera Orden nace con la Orden de los Humillados, reconocidos por Inocencio III. Estaba compuesta por personas que vivían en el siglo con una Regla de Vida.
Entre los Trinitarios conocemos la redacción de estatutos atribuidos a Guillermo el Escocés, tercer Ministro General de la Orden (1217-1222), y ciertamente muy antiguos; por ellos nos damos una idea de la organización primitiva de la Fraternidad Trinitaria.
Los primeros estatutos de la Tercera Orden que se conocen, fueron publicados en 1584 y llevan la aprobación del P. General de la Orden, Bernardo Dominici. Éstos recogen normas de vida, vividas y provenientes de la tradición, pero la existencia de terciarios, aunque no llamados con este nombre, se remonta ciertamente a los orígenes de la Orden.
En las Constituciones de 1657 de los Trinitarios calzados, se hace mención de los tres votos en la fórmula de profesión de los terciarios; posteriormente, la profesión se reduce a la promesa de cumplir los mandamientos de la ley de Dios y la regla de Vida de la Tercera Orden. Entre los Trinitarios descalzos, la primera Regla de Vida que se conoce de los Terciarios fue aprobada por el Papa León XII, el 6 de junio de 1828; en ella se habla de la emisión de los tres votos.
Esta Regla, con algunos retoques, aprobada y confirmada en 1925, revisada y posteriormente aprobada por la Santa Sede el 28 de diciembre de 1940, ha estado en vigor hasta nuestros tiempos.
Y finalmente, ahora con la aprobación del “Proyecto de Vida del Laicado Trinitario” tenemos normas precisas y válidas a las cuales deben hacer referencia todas las asociaciones trinitarias.
Podemos concluir estas brevísimas notas con las palabras del Ministro General y de las Superioras Generales de los Institutos Trinitarios en 1987:
“Somos bien conscientes que sin los laicos no es posible la Familia Trinitaria. Constatamos que ellos, desde los orígenes y en la tradición de la Orden y de algunos Institutos, han sido siempre una parte importante; por otra parte, las orientaciones de la misma Iglesia nos estimulan a seguir en este camino.”
Gloria a ti, oh trinidad, a los cautivos libertad