¡Casi mil años de historia! Entre la redención y la contemplación… ¡de vidas entregadas en nombre de la Santísima Trinidad!
La Orden de la Santísima Trinidad (Trinitarios) es una familia religiosa fundada por el francés Juan de Matha (1154-1213) con su propia Regla, aprobada por Inocencio III el 17 de diciembre de 1198 con la bula Operante divine dispositionis. Se trata de la primera institución oficial no armada de la Iglesia dedicada al servicio de la redención, armada únicamente con la misericordia y con la única intención de devolver la esperanza en la fe a los hermanos que sufren bajo el yugo de la esclavitud.Juan de Matha funda un nuevo y original proyecto de vida religiosa, con aspectos profundamente evangélicos, en la Iglesia, vinculando la Trinidad y la redención de los esclavos: la Orden es «Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos», las casas de la Orden son «casas de la Santísima Trinidad», y los hermanos de Juan de Matha son «hermanos de la Santísima Trinidad».
La Regla escrita por Juan de Matha, es el principio y fundamento de la Orden Trinitaria. Adaptada por la tradición a lo largo de sus ochocientos años de existencia, y especialmente por el espíritu y la obra del Reformador Juan Bautista de la Concepción, la Regla encuentra su forma en las Constituciones Trinitarias aprobadas por la Santa Sede.
La tradición trinitaria considera a San Félix de Valois cofundador de la Orden y compañero de Juan de Matha en el desierto de Cerfroid, en las cercanías de París. La primera comunidad trinitaria se estableció en Cerfroid, que se considera la «casa madre» de toda la Orden.
La Reforma de la Orden se llevó a cabo a través de la obra de San Juan Bautista de la Concepción (1561-1613). En Valdepeñas (Ciudad Real – España) se estableció la primera comunidad de trinitarios. Con el breve Ad militantes Ecclesiae (1599), el Papa Clemente VIII dio validez eclesiástica a la «Congregación de los Hermanos Reformados y Descalzos de la Orden de la Santísima Trinidad», establecida para observar la Regla de San Juan de Matha en todo su rigor.
Juan Bautista de la Concepción fundó 18 conventos de religiosos y uno de monjas de clausura. Vive y transmite a sus hijos un fuerte espíritu de caridad, oración, gratitud, humildad y penitencia, haciendo gran hincapié en la necesidad de mantener viva la entrega solidaria a los presos y a los pobres. La relación de los trinitarios con la Trinidad, como centro vital y fuente de la caridad redentora, es un tema central en su experiencia vital y sus enseñanzas.